Los políticos son unos auténticos @=%&#! y cada día se
superan. Es patético comprobar cómo utilizan argumentos de lo más populistas a
la menor ocasión. Esta misma foto ya se
ha repetido varias veces. Políticos catalanes y vascos posando con los colores
de su equipo antes de la final de la
Copa del Rey. De la polémica de los pitidos al himno no se
acuerdan en esta instantánea. Ahora, desde luego, no es momento.
Cualquiera que haya paseado por delante del Congreso de los
Diputados sabe que hay dos leones escoltando la escalinata principal. Suele
haber un policía nacional custodiando el enclave. Ese policía es el que
mantiene a raya a las personas que pretendan fotografiarse más cerca de la
cuenta. Es raro que permitan pisar la escalinata y harto imposible que uno
pueda alcanzar a tocar uno de los leones. Con los periodistas ocurre lo mismo
y, hay ocasiones, en las que conminan directamente a cambiar de acera. Los días
de pleno incluso cortan la calle al tráfico y, por supuesto, los días de
manifestación.
Es por esto que choca contemplar y más en estos momentos de
quejas, lamentos y mensajes directos en la calle a la clase política, cómo sus
señorías emplean un símbolo para subirse a él y adornarlo con sus banderas y
bufandas. Lo triste es permitirles a unos diputados, elegidos en democracia, lo
que nunca se le permitiría al ciudadano que depositó su voto en la urna. Nadie
podría encaramarse a un león y colocar sus colores, su bandera, su
reivindicación. Pero ellos sí pueden, porque sus señorías son diputados. Lo de
menos es el color de los finalistas. Estoy seguro que si la final la jugase el
Espanyol contra la Real
Sociedad, saldrían otras señorías a hacer lo mismo. El caso
es que yo no puedo y tú tampoco. Y eso que la soberanía nacional radica en el
pueblo.
PD: La fotografía es de Uly Martín y la copié de El País online.