miércoles, 24 de junio de 2015

TURNO DE DÍA, TURNO DE NOCHE.


El problema de cobrar cada día que trabajas es el vicio. Se acaba la jornada y recibes el dinero que te corresponde, tu sueldo diario. Y te lo dan en mano. Varios  billetes juntos,  con su tacto, su peso y su olor entre los dedos. Si eres hormiguita te lo llevas a casa o al banco. Si no lo eres, te lo gastas. Lo más fácil es irse al bar. Estás cansado de una jornada tan larga y pones unos cuantos euros en la barra. Refresco, quizás cerveza, tal vez cubata… y con la vuelta, te acabas echando unas tragaperras. Con el paso del tiempo y de los días descubres que ya no sólo son las vueltas sino que cambias billetes de cincuenta para alimentar el apetito de la máquina. Y de paso, compras tabaco. Hacía tiempo que no fumabas pero el estrés y el cansancio parecen que se van a cada bocanada de humo. Y el humo lleva a la noche, cuando se encienden las luces de neón en la carretera que te lleva a tu casa. Y entras en sitios donde el alcohol es casi tan caro como la compañía. Y las chicas son amables y no hacen preguntas, no ven defectos y susurran promesas que cumplen a cada billete que sacas. El problema es cobrar cada día o dejar de cobrar de golpe y ser un vicioso putero que ya no tiene forma de regresar al mundo real.

No hay comentarios:

Publicar un comentario